Los RCD en Europa
Los Residuos de Construcción y Demolición (RCD) son uno de los flujos de residuos más pesados y voluminosos generados en la UE. Representa aproximadamente del 25% al 30% de todos los residuos generados en la UE. Consta de numerosos materiales, incluidos hormigón, ladrillos, yeso, madera, vidrio, metales, plástico, disolventes, amianto y tierra excavada, muchos de los cuales pueden reciclarse.
Los RCD surgen de actividades tales como la construcción de edificios e infraestructura civil, la demolición total o parcial de edificios e infraestructuras, la planificación vial y el mantenimiento. Se aplican diferentes definiciones en toda la UE, lo que hace que las comparaciones entre países sean engorrosas.
En algunos países, incluso los materiales procedentes de la nivelación de la tierra, se consideran desechos de construcción y demolición. En otros, son considerados materiales de construcción, los cuales se han utilizado como material de cimentación para nuevas carreteras.
Los RCD se han identificado como un flujo de residuos prioritario por la Unión Europea. Existe un alto potencial para el reciclaje y la reutilización de RCD, ya que algunos de sus componentes tienen un alto valor de recursos. Existe un mercado de reutilización para los áridos derivados de residuos de RCD en carreteras, drenaje y otros proyectos de construcción.
La tecnología para la separación, recuperación de desechos de construcción y demolición está bien establecida. Es fácilmente accesible y, en general, económica.
El apoyo de la Unión Europea
Uno de los objetivos de la Waste Framework Directive (2008/98/EC) es proporcionar un marco para avanzar hacia una sociedad europea del reciclaje con un alto nivel de eficiencia en el uso de los recursos. En particular, el párrafo 2 del artículo 11 estipula que «los Estados miembros adoptarán las medidas necesarias para lograr en 2020 un mínimo del 70% (en peso) de desechos no peligrosos de construcción y demolición […]».
A pesar de su potencial, el nivel de reciclaje y recuperación de material de RCD varía mucho (entre menos del 10% y más del 90%) en toda la Unión Europea.
Los RCD deben separarse en su origen. De lo contrario, pueden contener pequeñas cantidades de desechos peligrosos, cuya mezcla puede presentar riesgos particulares para el medioambiente y puede dificultar el reciclaje.
Conclusión
El reciclaje de los RCD posee numerosas ventajas económicas, medioambientales, sociales y saludables. Ésto nos hace reflexionar en la gran importancia de que éste tipo de desechos se transporten a su lugar adecuado.
Al fin y al cabo, todos nos vamos a beneficiar de ello.